Monólogo

Son textos orales que presentan a personajes, costumbres, actitudes… desde una perspectiva cómica. Generalmente, son interpretados en programas de televisión o en escenarios de pequeños teatros, ante una audiencia que busca el entretenimiento y a la que se le exige permanecer atenta para captar las agudezas, los juegos de palabras, los dobles sentidos… Habitualmente, empiezan por una anécdota o una pregunta, a partir de la cual se van hilvanando peripecias jocosas, chistes, boutades…. Los protagonistas suelen ser estereotipos sociales perfectamente reconocibles por el auditorio (el funcionario, el incompetente, las madres…), aunque también se recurre a personajes históricos o contemporáneos (famosos, políticos…) para establecer asociaciones cómicas. Una de las características del género es la agilidad con la que se van ensartando nuevos asuntos cuya relación con el tema del monólogo es casi siempre sorprendente y disparatada. Muchas veces el dinamismo se consigue con la inclusión de otras voces mediante retazos de diálogos. Y es muy frecuente que aparezcan interpelaciones a la audiencia. Evidentemente la ironía es un mecanismo que ayuda a la construcción de dobles sentidos, pero también aparecen otros recursos, como la hipérbole, la comparación, la metáfora, el paralelismo, el calambur, la interrogación retórica.
El primer monologo se realizó en el teatro griego, el origen del drama occidental en el año de 1842 con la obra (Ulysses) , la regla convencional de tres actores fue precedida por una regla de dos actores, que fue precedida por una convención en la que sólo un solo actor apareció en el escenario, junto con el coro .El origen del monólogo como un arte dramático, por lo tanto, no está enraizado en el diálogo. Es, en cambio, al revés; El diálogo evolucionó desde el monólogo.
El teatro romano antiguo ofreció monólogos extensivamente, más comúnmente que teatro griego clásico o teatro moderno. Uno de los propósitos clave de estos monólogos era indicar el pasescenas. Este tipo de monólogo se conoce como un monólogo vinculante. Otros monólogos incluían "monólogos de entrada" y monólogos de salida. En cada uno de estos casos una función primaria está indicando el paso del tiempo.
Desde el teatro renacentista en adelante, los monólogos generalmente se enfocaban en personajes que usaban el discurso extendido para perseguir su necesidad dramática. El teatro posmoderno, por otra parte, abarca a menudo los aspectos formativos del monólogo, hasta el punto de desafiar la frontera entre la representación del carácter (por ejemplo, la actuación) y los discursos autobiográficos.
Características: El monólogo se diferencia del diálogo porque resalta el papel del interlocutor implementando interrogativas y referencias, las exclamaciones son frecuentes y atiende de manera limitada al discurso mismo. El personaje no se dirige a un interlocutor material, sino que habla o piensa para sí mismo con autenticidad y desinhibición.1
El personaje se caracteriza por expresarse a través de dos medios: la voz y el pensamiento. Ambos procedimientos admiten dos modos de expresión:  
1.   Enunciados de voz citada y diálogo: se refiere a cuando la voz está aislada o en réplica con otros personajes.
2.   Enunciación de pensamiento: comprende el monólogo citado, monólogo auto citado, monólogo autónomo y pensamiento referido. “Pero puede suceder que la voz y el pensamiento aparezcan de modo cerrado, es decir, se ofrezcan en la narración desde posicionamientos más o menos solapados, produciéndose, por consiguiente, una cierta gradación según permanezcan o no el enunciador o el sujeto cognitivo del personaje.





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